viernes, 13 de abril de 2018

Parque Central de La Habana. Curiosidades históricas


Es un espacio arbolado, concebido como plaza pública, sitio de recreo y esparcimiento. En el año 1905 se colocó en el medio del parque una estatua de José Martí, a instancias de una encuesta popular realizada en el año 1899 por el semanario El Fígaro.
Ubicado en los márgenes del centro histórico de la capital cubana, en el área de La Habana Vieja, circundado por las calles Prado, Zulueta, Neptuno y San José, desde su creación ha sido siempre sitio de reunión de los residentes de la ciudad.
Terminado en 1877, luego de haber sido derribadas las Murallas de La Habana en el siglo XIX, el parque adquirió las actuales dimensiones. Fue uno de los parques menos arbolados y de mayor proporción de pavimento. Después de 1959 se le incorporaron árboles, fuentes y esculturas.
Entre los árboles, muchos centenarios, hay un trazado de senderos que desembocan en pequeñas plazas interiores, adornadas por fuentes y pequeñas esculturas, bordeadas de bancos de piedra y canteros. Los jardines destacan por sus 28 palmas reales en alusión al día del natalicio de Martí. Se distinguen además ocho tumbas simbólicas en forma de canteros o jardineras, con las cuales se rinde tributo a los estudiantes de Medicina injustamente fusilados por los colonialistas españoles el 27 de noviembre de 1871.
Justo en el centro, en medio de una explanada, la Estatua de José Martí se yergue como homenaje de los cubanos a su más ilustre compatriota. Allí se celebran actos de recordación y veladas históricas, aquí culmina la tradicional Marcha de las antorchas que se realiza en recordación al natalicio de José Martí cada 28 de enero.
Algunos de los más significativos edificios habaneros lo rodean, el más singular de todos por el lado de la calle Prado: el Gran Teatro de La Habana y el Hotel Inglaterra, en cuyo café se han reunido, a lo largo de más de un siglo, destacadas figuras de la intelectualidad cubana; justo entre los dos edificios nace el boulevard de San Rafael, importante vía comercial, siempre repleto de peatones. Un poco más a la derecha, buscando Neptuno, está el hotel Telégrafo, a las puertas del hotel, la famosa esquina de Prado y Neptuno, inmortalizada en un cha cha chá por Enrique Jorrín.
Atravesando la calle Zulueta se ubica una de las más populares galerías comerciales de la ciudad, la Manzana de Gómez, a su lado, una plaza peatonal en la que se han expuesto obras escultóricas de gran formato, entre ellas las famosas arañas de Louise Bourgeois y un conjunto de cinco palmas de metal, “ilustradas” por los más importantes pintores cubanos.
Otras significativas edificaciones bordean el Parque Central: el hermoso hotel Plaza y el cine Payret, uno de los más grandes de la ciudad y que antaño fuera un popular teatro. Desde cualquier punto del parque puede admirarse también otro de los símbolos de la ciudad, el Capitolio de La Habana, con su enorme cúpula y su escalinata.
Al sur de la estatua de José Martí se puede ver la famosa esquina caliente, donde un grupo de hombres aficionados al béisbol, ríe, grita y discute sobre las estadísticas, las posibilidades de sus equipos de jugar la final y los hábitos de sus jugadores favoritos.
En momentos culminantes de eventos deportivos relevantes nacionales e internacionales que tienen que ver con el béisbol, la esquina caliente del Parque Central es un fórum de discusión para los amantes del deporte nacional donde se debate acaloradamente sobre la actuación de los equipos y las decisiones de árbitros y managers.



Esquina caliente del Parque Central. Donde se discute de beisbol. 


Esquina caliente en pleno debate de la última jugada. 



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