Clara Luz Domínguez Amorín
¿Tiene la llave o no??
En 1807 ya vivía suficiente cantidad de personas para que se construyera una pequeña iglesia de tablas y guano, que en 1843 ya estaba en ruinas por lo que se reemplazó por otra, de una sola nave, a la que se le dio el nombre de San Salvador del Cerro, en honor del Capitán General Don Salvador del Muro y Salazar, Marqués de Someruelos, quien no solo ayudó económicamente a la construcción de la iglesia, sino también favoreció el fomento urbano de la barriada.
El municipio se encuentra en la parte noroeste de la provincia. Tiene un superficie total de 13,4 km2. Cuenta con más de 129 378 hab. Sus límites son: al norte con el municipio Plaza de la Revolución y Centro Habana, al este con Habana Vieja y Diez de Octubre, al Sur con Boyeros y al Este con Marianao.
¿El Cerro tiene la llave? En verdad, la tan repetida frase no está respaldada por ninguna razón. Surge de una guaracha que con ese título compuso Fernando Noa en 1949 y musicalizó Arsenio Rodríguez, “El ciego maravilloso”. Pero si se le da vueltas al asunto, la expresión puede ser cierta, porque por el Cerro pasan las conductoras de los tres acueductos que han surtido de agua a La Habana a través de los siglos.
Como dato curioso está que en la escuela pública número 37 estudió un niño llamado Rubén Martínez Villena. Regía en esa escuela un curioso sistema de educación cívica con una especie de república escolar. Rubén fue elegido presidente de esa república y hasta aquel colegio situado en Tulipán y La Rosa se fue el general Gerardo Machado, entonces secretario de Gobernación en el gabinete de José Miguel Gómez, a fin de entregar personalmente al niño un diploma de reconocimiento. Fue la primera de las dos veces en que se vieron cara a cara y conversaron aquellos dos seres que terminarían siendo enemigos irreconciliables.
En 1807 ya vivía suficiente cantidad de personas para que se construyera una pequeña iglesia de tablas y guano, que en 1843 ya estaba en ruinas por lo que se reemplazó por otra, de una sola nave, a la que se le dio el nombre de San Salvador del Cerro, en honor del Capitán General Don Salvador del Muro y Salazar, Marqués de Someruelos, quien no solo ayudó económicamente a la construcción de la iglesia, sino también favoreció el fomento urbano de la barriada.
El municipio se encuentra en la parte noroeste de la provincia. Tiene un superficie total de 13,4 km2. Cuenta con más de 129 378 hab. Sus límites son: al norte con el municipio Plaza de la Revolución y Centro Habana, al este con Habana Vieja y Diez de Octubre, al Sur con Boyeros y al Este con Marianao.
¿El Cerro tiene la llave? En verdad, la tan repetida frase no está respaldada por ninguna razón. Surge de una guaracha que con ese título compuso Fernando Noa en 1949 y musicalizó Arsenio Rodríguez, “El ciego maravilloso”. Pero si se le da vueltas al asunto, la expresión puede ser cierta, porque por el Cerro pasan las conductoras de los tres acueductos que han surtido de agua a La Habana a través de los siglos.
Como dato curioso está que en la escuela pública número 37 estudió un niño llamado Rubén Martínez Villena. Regía en esa escuela un curioso sistema de educación cívica con una especie de república escolar. Rubén fue elegido presidente de esa república y hasta aquel colegio situado en Tulipán y La Rosa se fue el general Gerardo Machado, entonces secretario de Gobernación en el gabinete de José Miguel Gómez, a fin de entregar personalmente al niño un diploma de reconocimiento. Fue la primera de las dos veces en que se vieron cara a cara y conversaron aquellos dos seres que terminarían siendo enemigos irreconciliables.
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