Uno de los municipios de la provincia de La Habana. Su historia se remonta al siglo XVI y XVII respectivamente, lo que demuestra la existencia de una personalidad propia, avalada por un largo decursar en el tiempo.
El nombre autóctono del pueblo llamado más tarde Nuestra Señora de Regla, es Guaicanamar, cuyo significado es "frente al mar", según plantea Eduardo Gómez Luaces, extinto historiador de Regla.
El Municipio de Regla, considerado en la actual división política administrativa como periférico, cuenta con dos asentamientos urbanos compactos, formados por las comunidades de Regla y Casablanca.
Entre 1596 y 1598 fue fundado un ingenio: "San Pedro de Guaicanamar", el primero en Cuba movido por tracción animal, en la profundidad de la Ensenada de Marimelena, al Este de la Bahía de La Habana, (en Casablanca). El 21 de julio de 1662, con permiso del Mayorazgo, se le dio concesión al Alférez Don Jacinto Cabrera para sembrar maíz, cacao, trigo y pastar sus vacas en Guaicanamar, este hecho nos permite inferir que Cabrera trajera sus esclavos para los menesteres de sus actividades y junto a él a otras personas, contribuyendo de este modo a incrementar la población y ampliar la actividad económica de la zona, en la que ya se venía sembrando caña de azúcar por parte de la dotación del Ingenio Guaicanamar. Se ha tomado la fecha de fundación del territorio por el documento firmado por Pedro Recio de Oquendo el 3 de marzo de 1687, en el que este hace donación "... de una punta de tierra mía en frente de un cayo que ciñe el mar hasta el embarcadero de Camaco de la banda que mira a la banda de Marimelena..." a instancias de un personaje conocido por Manuel Antonio "El Peregrino" (natural de Lima, Perú) quien se proponía erigir una ermita a La Virgen de Regla. En este lugar se adoró un cuadro pintado al óleo de la Virgen, hasta que en 1694 el castellano Jefe de la Fortaleza Militar de la Punta Don Pedro Aranda de Avellaneda, el 8 de septiembre, trajera de España la imagen que hoy se venera. Con el transcurso del tiempo aumentó la devoción, se fue desarrollando el culto a esa imagen, haciéndose fiesta anual el 8 de septiembre y es así como fue creándose el hábito de llamar a este pueblo Regla.
Por otro parte, desde 1589, en Casablanca, “ se construyó por la Real Hacienda un depósito para guardar los objetos que no cabían en los Almacenes de La Habana. Según cuenta la tradición, ese edificio siempre estuvo pintado de blanco. Los que tenían que viajar a esta parte de la bolsa habanera decían al botero:”Lléveme a la Casa Blanca.” A fuerza del uso y la costumbre, quedó bautizado de por vida y así llegó el nombre de este pueblo hasta nuestros días...”
(Con información de Ecured)
Clara Luz Domínguez Amorín
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios son con democracia, cualquiera que visite el blog puede comentar, serán respetados los criterios y no se borrarán, solo no se admitirán palabras groseras y ofensivas.