El nombre botánico del tamarindo es Tamariundus
indica. Tiene raíces persas,” tamar-L-hind”, y significa”
El día de India”. Es un árbol tropical de grandes dimensiones que puede llegar
a alcanzar los 20 metros de altura y que se encuentra en todos los continentes.
Sus frutos tienen forma de vaina, con unas semillas duras en su interior
rodeadas de pulpa. Esta pulpa es la que se utiliza en la cocina para varios
fines.
Aunque la pulpa va ganando en dulzor a medida que madura, en
general el tamarindo es demasiado agrio para poder ser comido crudo incluso muy
maduro por lo que su uso culinario es principalmente como ingrediente para
salsas, chutneys o para dar sabor a dulces y golosinas. Es también muy
utilizado en la elaboración de bebidas carbonatadas y siropes.
En esta fruta tropical se encuentran las vitaminas A, B1,
B2, B3, B6, B9, C y E, además del ácido fólico. Igualmente, se hallan presentes
en él una serie de minerales como: zinc, sodio, potasio, fósforo,
magnesio, hierro, cobre y calcio. Como la mayoría de los ingredientes
ancestrales, el tamarindo tiene una larga historia en usos medicinales. Varios
involucran calmar malestares estomacales, ayudar a la digestión, y como
laxativo. Los preparados con tamarindo se usan para las fiebres, dolor de
garganta, reumatismo, inflamación, e insolaciones. Las hojas y las flores del
tamarindo secas o hervidas se usan en cataplasma para inflamaciones de
coyunturas, desgarres, bullidos, hemorroides y conjuntivitis.
El tamarindo también contiene niveles altos en ácido
tartárico, tal como las frutas cítricas contienen ácido cítrico, ofreciendo no
solo una chispa al sabor, sino una evidencia de su poder antioxidante a la hora
de remover los radicales libres dañinos que flotan en el sistema.
Una receta exquisita:
Pollo con salsa de tamarindo:
Perfecta para una cena formal o una comida con amigos.
4 filetes de pechuga
de pollo, 50 gramos de pulpa de tamarindo, 3 o 4 cucharadas de aceite de canola
o de ajonjolí, 3 o 4 dientes de ajo, edulcorante al gusto, agua - 1/2 taza, pizca
de sal, pimienta al gusto.
Preparación: Extender cada pieza de pechuga sazonar
con sal y pimienta por ambos lados. Colocar sobre una sartén previamente
engrasada. Hornear a 200 °C por 40 minutos hasta que las pechugas estén
cocidas.
Para la salsa: Colocar en una cacerola el tamarindo con el
ajo y agua. Cocer por alrededor de 5 minutos hasta que el tamarindo se suavice.
Licuar o batir y colar. Regresar al fuego, sazonar con sal y añadir
edulcorante al gusto. Servir las pechugas y bañar con la salsa.
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