Es una de las más
representativas de la capital cubana, inaugurada en 1945 y situada en una
de las intersecciones más importantes y conocidas de La capital, Avenida
26, Boyeros y Vía Blanca, no debe su notoriedad a la belleza de
su diseño ni a la calidad de sus materiales, sino más bien a su ubicación. Ha
sido siempre una de las alegrías de los habaneros. Está bordeada por una amplia
rotonda en la intersección de la Avenida 26, frente a al Coliseo de
la Ciudad Deportiva, la obra se ubica en el centro de esta rotonda, en el Cerro.
Al construirse a mediados del siglo XX, formó parte de
un programa urbanístico que llevó a cabo el denominado Gobierno
“Auténtico” del presidente Ramón Grau San Martín (1944 – 1948),
en el que se realizaron algunas obras públicas en el reparto Aldecoa, para lo
cual fue necesario indemnizar a residentes con el fin de que dejaran libres las
parcelas que ocupaban. Se le atribuye al arquitecto e ingeniero José San
Martín, primo del presidente, que ejerció de secretario de Obras Públicas
durante su gobierno.
Con una mezcla de ironía y humor criollo, la población la
bautizó entonces como “el bidet de Paulina”, pues su construcción fue un alarde
de poder impulsado principalmente por Paulina Alcina, quien a pesar de no estar
casada con el presidente que era soltero y ser viuda del hermano de este, hacía
las veces de Primera Dama de la República.
Posee un esbelto núcleo central con cuatro copas que
envuelven su centro, y que van aumentando de tamaño según descienden, hasta
terminar en un enorme estanque circular.
La fuente la conforman tres vasos circulares, construidos en
piedra de cantería. Del primero parte una columna que contiene los otros dos
que van disminuyendo de tamaño. Los surtidores de agua se elevan hasta el
remate de la misma y le dan prestancia a la obra. Estos chorros de agua rebotan
en un tope cilíndrico para después depositarse en un estanque, también de forma
circular, rematado por un pequeño murete que le sirve de contenedor.
Completando, y para darle más realce, contiene en cada nivel, de abajo hacia
arriba juegos de luces, rojas, verdes, azules y amarillas, las que en la caída
de la noche hasta el amanecer se mantienen encendidas.
Los sistemas hidráulicos (dos bombas) y eléctrico, se
manipulan manualmente desde una caseta soterrada situada en la zona de
cimentación.
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