jueves, 22 de marzo de 2018

Historia y origen de la Casa de las Tejas Verdes, Miramar, municipio Playa, La Habana



Casa de las Tejas Verdes. Se destaca en su entorno por la belleza de su arquitectura. Se encuentra ubicada justo a la entrada de la 5ta Avenida, en el reparto Miramar, perteneciente al municipio Playa en La Habana. Si bien durante décadas llamó la atención por su avanzado estado de deterioro y despertó la curiosidad de muchos, hoy cautiva por lucir como nuevos sus atributos originales.
La Casa de Tejas Verdes es obra del arquitecto, ingeniero y proyectista Jorge Luis Echarte Mazorra. Fué construida para el Sr. Alberto (Cocó) de Armas, un adinerado propietario, quien también se distinguió en el cargo de Mayordomo en el Palacio Presidencial, durante el gobierno de Mario García Menocal. De Armas compró el terreno en 1925 y encargó la obra a Echarte, quien en tan sólo diez meses la culminó, estando finalizada en 1926.
En el año 1943, los propietarios decidieron vender la casa, siendo comprada por una compañía inversionista denominada Jarpe S.A., la cual a su vez se la vendió pocos meses después a la Srta. Luisa Catalina Rodríguez Faxas. Al momento de efectuar la compra, Luisa era una joven de 20 años de edad, quien había recientemente adquirido una herencia paterna, parte de la cual decidió emplear para efectuar la compra del inmueble. Unos años más tarde, contrajo matrimonio con el abogado y escritor Dr. Mario Cabrera Saqui, quien falleció hacia finales de la década de 1950. Luisa contrajo nuevas nupcias, esta vez con el Dr. Pedro Hechevarría, un notable oftalmólogo de la ciudad. No obstante, fue un matrimonio breve y finalmente se disolvió. Luisa continuó viviendo en la casa, acompañada, durante los últimos años de su vida, por una sobrina de su segundo esposo.
En el año 1999 falleció la Sra. Luisa Rodríguez Faxas, legándole la casa a su sobrina política. Esta última falleció también a los pocos meses, sin contar con herederos y es por ello que para el año 2000 la casa pasó a manos del Estado cubano.
El inmueble fue concebido originalmente con tres plantas, ventanas abuhardilladas, torrecilla en forma de cono y techos de inclinada pendiente recubiertos por tejas americanas de color verde, su elemento más singular. Construida de mampostería, paredes de ladrillos y pisos de mármol, la edificación estaba compuesta, en el primer piso, por un portal corrido con tres frentes, jardín, sala, un hall de entrada, comedor, un salón biblioteca, baño, cocina, pantry, garaje en el sótano, un lavadero y un cuarto de servicio.
El segundo nivel tenía un hall, cinco cuartos, tres baños y cuatro closets. La tercera planta, destinada para el uso de los sirvientes, contaba con un vestíbulo, un cuarto de familia con su cuarto de baño, y tres cuartos personales que compartían el otro baño.
Todas las plantas se relacionaban entre sí por una escalera en forma de caracol mientras, los pisos principales se conectaban a través de una escalera de forma helicoidal enchapada con piezas de mármol de Carrara y baranda de hierro con pasamanos de madera.
Por la importancia en la zona residencial en la que se ubica y su alto valor arquitectónico, en el año 2005 la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana recibe la encomienda de restaurar el inmueble con el objetivo de devolverle su imagen original, labor que se realiza hasta el 2009. La misma estuvo a cargo de los arquitectos Lina Alba, Ernesto Pérez y Abiel San Miguel.
Luego de una intensa búsqueda de documentos y fotografías que mostraran el boceto original, el proceso comenzó rescatando todos los segmentos que como los pisos y marcos aún se encontraban en buenas condiciones. El proyecto incluyó la rehabilitación de los muros con la misma técnica constructiva y reprodujo exactamente los diseños de carpintería, herraje y decoración en yeso.
En el proyecto de diseño interior participaron importantes artistas de la plástica cubana, quienes crearon obras especialmente para esta casa. El resultado del proceso de recuperación de esta obra fue merecedor del Premio Nacional de Restauración del año 2010, otorgado por el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural (CNPC).
Sobre la reconstrucción del edificio, el Dr. Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad, comentó que: “la Casa está preparada para que pueda vivir y explicar la arquitectura del Vedado y de Miramar, es ir desde el futuro hasta el pasado, es una conjugación diferente a lo habitual, muchas veces decimos no se puede ir al futuro, sino desde el pasado, hoy decimos vamos a ver el pasado desde el futuro”
La Casa de las Tejas Verdes abrió al público a finales del año 2010 como Centro Promotor para la Arquitectura Moderna y Contemporánea, el Urbanismo y el Diseño Interior. Su función incluye no sólo el estudio, sino el impulso de nuevos proyectos vinculados a estas ramas. La Casa no es un museo, sino un espacio donde se ha respetado el pasado sin perder la vinculación con un presente y un futuro.
La Casa de las Tejas Verdes cuenta con un amplio y variado programa orientado a los valores de la arquitectura y el diseño, cubano e internacional. Para ello se desarrollan diversas actividades, destinadas a especialistas y a público general, todas de forma gratuita. Entre ellas conferencias y paneles,  Espacio “El arquitecto y su obra”, Exposiciones, Talleres de verano para jóvenes, Formación vocacional para niños y adolescentes, Espacios para proyección de materiales fílmicos, Informativo digital, visitas dirigidas (previa reservación).











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