Se encuentra ubicado entre las calles Aramburu y Hospital,
en Centro Habana. Es el primer mural en la vía pública dedicado a la
cultura afrocubana, que nace el 21 de abril de 1990 en la barriada
de Cayo Hueso.
Fernando Belleau Hamel era el nombre del norteamericano de
origen franco-alemán que compró unos terrenos en la barriada de Cayo Hueso a
inicios del siglo pasado. Allí organizó un negocio de materia prima y
fundición, puso a trabajar a negros y chinos, e incluso les construyó casas,
acto generoso que no pasó desapercibido, pues años más tarde una pequeña
callejuela tomó su nombre. El gobierno neocolonial en 1913 hizo un
esfuerzo para comprar los terrenos, pero no tuvo éxito.
En el Callejón se rinde tributo a la cultura afrocubana,
algunas obras están hechas de restos de viejas bicicletas o de bañeras
abandonadas, relucientes ahora luego de tomar color. Además, existe un Nganga,
lugar sagrado para la celebración de los ritos de la religión de Palo
Monte. El atractivo de este callejón radica en los coloridos murales que
adornan todas sus paredes y que representan como ninguno el sincretismo
religioso y cultural de la isla. Los dibujos reproducen a distintos dioses
y orishas, símbolos espirituales y animales, con poemas o leyendas
escritas en ellos, sobre la vida, el amor, la dignidad, etc.
El iniciador de este proyecto fue Salvador González
Escalona, pintor, escultor y muralista. Su objetivo es brindar el arte creador
al pueblo, revitalizando una calle olvidada por el tiempo y por la ciudad, con
una Galería de Arte, donde el propio barrio formaría parte indisoluble de una
creación única en su género, en el país y en el mundo, que estuviera siempre al
alcance de niños, ancianos, obreros y profesionales. En dicho lugar, además, el
visitante puede encontrar productos que están asociados a trabajos y ritos
afrocubanos. Este callejón es también un espacio en el que el arte y la
comunidad interactúan; donde se realizan festivales en los que participan niños
y vecinos de la zona.
Lo que empezó siendo una simple manifestación callejera de
arte y cultura afrocubana se ha convertido en un referente y una especie de
santuario para todo aquel cubano que siente que sus raíces siguen vivas y no
está dispuesto a renegar de ellas. En la calle hay música a todas horas, bien
de los aparatos de radio o bien de músicos callejeros. Desde allí se organizan
muchas matinés, que son como pequeños conciertos donde se canta, se baila y se
bebe generalmente al mediodía o recién entrada la tarde. Desde el primer día de
su fundación se realizaron espectáculos y actuaciones con agrupaciones
importantes y figuras destacadas como: Merceditas Valdés, Celeste
Mendoza, Yoruba Andabo, Clave y Guaguancó y muchas más. No es
hasta el año 1993, que se empiezan a realizar las actividades sistemáticas
de todo tipo para todas las edades en pos de enriquecer el acervo cultural del
pueblo y darlo a conocer a todo el que lo visita.
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