En la manzana delimitada por las calles Empedrado, Aguiar, Habana y San
Juan de Dios, en el Centro Histórico capitalino, se halla el parque, cuyo
nombre oficial es Cervantes, pero es conocido desde hace más de un siglo
con el nombre de parque o plaza San Juan de Dios.
En este sitio estuvo a finales del siglo XVI el Hospital de
San Juan de Dios (el primero que tuvo la ciudad y el segundo de Cuba), con el
nombre de Real de San Felipe y Santiago.
Fue inaugurado, el primero de noviembre de 1908, con una
estatua a Miguel de Cervantes y Saavedra, obra del escultor italiano Carlos
Nicoli, y en la que cada 23 de abril, Día del Idioma Español,
instituciones culturales y sociedades españolas depositan ofrendas florales.
El nombre oficial del parque es Cervantes, pero es conocido
desde hace más de 100 años con el nombre de San Juan de Dios.
En la novela Cecilia Valdés, considerada un fiel reflejo
de la realidad, las costumbres y el entorno de la sociedad cubana del
siglo XIX, su autor, Cirilo Villaverde, al referirse al hospital que existió
allí, escribe: “Por las altas y cuadradas ventanas, siempre deja salir el vaho
caliente de los enfermos”.
Hoy es un descanso en el ajetreo de la ciudad, paz y verdor
acompañan al caminante que detiene su paso en él.
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