Restaurante ubicado en los bajos de una típica casona
colonial de La Habana Vieja, en la esquina de las calles Obispo y Oficios,
donde radicara el Colegio de San Francisco de Sales, a poca distancia de
la Plaza de Armas, lugar de la fundación de la Villa de San Cristóbal
de La Habana y del Palacio de los Capitanes Generales. En un ambiente
rodeado de la historia y arquitectura habaneras, acoge en su interior otros
servicios.
Por su cercanía a la Parroquial Mayor fue con el tiempo
residencia de los obispos. Entre 1686 y 1690 el obispo Diego
Evelino de Compostela fundó aquí el primer colegio de niñas de La Habana,
bajo la advocación de San Francisco de Sales, para beneficiar a niñas pobres y
huérfanas. En ese entonces la casa ya presentaba una apariencia similar a la
actual.
En 1758 el obispo Pedro Agustín Morell de
Santa Cruz adquirió la casa contigua para levantar el Palacio Episcopal.
Se introdujeron paulatinamente reformas, la mayor de ellas consistente en la
adición de una tercera planta que sólo se expresa al exterior por la calle
Obispo. Se conformó el notable patio claustral, el único en la arquitectura
doméstica de la época rodeado de galerías en todos sus lados. Entre 1884 y 1889 se
sustituyeron sus techumbres moriscas originales por azoteas.
Las fachadas son muy primitivas: paños lisos de pared,
relativamente grandes, alternan con vanos verticales sin guarnición ni
decoración alguna, exceptuando las portadas, cuyos lados están flanqueados por
pilastras que sostienen un poco elaborado entablamento.
De ellas, la de Obispo debió ser la original y la de Oficios
debió ser introducida con las reformas posteriores, lo mismo que las barandas
de hierro de los balcones, la persianería y las lucetas que cierran los arcos
carpaneles del interior de la edificación.
Con el traslado del colegio a un nuevo terreno en Marianao en 1917,
fue convertida en casa de inquilinato, con varios locales comerciales en planta
baja. Recientemente ha sido restaurada y destinada a usos comerciales,
gastronómicos y culturales.
ACTUALIDAD
Se inauguró en noviembre de 1984. Su planta baja es de
uso comercial por la compañía Habaguanex. S.A, de la Oficina del Historiador y
en los altos radican varios estudios galerías de los importantes pintores
cubanos contemporáneos Roberto Fabelo, Zaida del Río, Pedro
Pablo Oliva, Ernesto Rancaño y Ángel Ramírez.
No sobresale por su lujo, sino por la magistral combinación
del buen gusto decorativo. Posee acogedores salones adornados con vitrales
multicolores, recias columnas y arcos de medio punto, rodeados de plantas
naturales y mobiliario de madera tradicional. Tiene un patio central, por donde
se pasean aves que lo adornan con sus plumajes y trinos.
Su especialidad es la comida criolla y entre los platos más
solicitados están el lechón asado, el pollo frito, el aporreado de tasajo y la
llamada vaca frita.
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