viernes, 3 de mayo de 2013

¿Mala educación o educación mala? (I Parte) (+ Fotos y Video)

Por Oscar Figueredo Reinaldo y Luis E. López Domínguez


Una “nueva moda” parece imponerse entre algunas personas en el país. Ahora no estimulada por las reglas del buen gusto y la belleza sino más bien por el irrespeto, la indisciplina y la falta de otras normas de educación.
Aunque para ciertas personas el tema ya se ha hecho cotidiano por lo extendido del asunto, para el resto, el deterioro de los cánones de educación “formal” en el país no deja de ser un tema bien preocupante por las implicaciones sociales que encierra.
“Considero que en los últimos años hemos retrocedido mucho en materia de educación formal, son muy pocos los ejemplos positivos que te puedo mencionar sobre este tema. Ahora mismo llegó el P2 y fíjate en la aglomeración que se forma en la puerta. A casi nadie parece importarle que tú seas una mujer o una anciana pues no te dejan pasar.” Expresó Esther García, mientras intentaba abordar el ómnibus.
Sobre este aspecto las especialistas del grupo de estudio sobre la juventud del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS), Claudia Castillo e Idania Rego precisaron que más que una pérdida de valores se trata más bien de una modificación o variación de los paradigmas.
Así mismo agregaron que es vital no realizar generalizaciones  sobre el asunto, pues este fenómeno no se manifiesta de manera homogénea en todo el país.
“En múltiples ocasiones  al realizar investigaciones de este tipo tendemos a generalizar el asunto. No solo se cometen errores al extender a todos los miembros de ciertos grupos etarios el fenómeno, sino que también comparamos a todas las provincias de manera similar, por ejemplo lo que sucede en La Habana pensamos que acontece de manera análoga en otras regiones del país, guiados por esa mirada Habanocentrista que suele acompañar a ciertos investigadores.”

Sin embargo para otros el asunto es más complejo.
“Es realmente impresionante ver cada día la falta de educación formal que profesan niños, adolescentes y personas mayores; a pesar del elevado nivel culturaly de instrucción que tiene nuestro pueblo” señaló Mario Dupeirón, trabajador por cuenta propia.
Y es que para muchos,“la pérdida de valores” que vive hoy el país contradice en cierta manera  los avances educacionales alcanzados durante todos estos años de Revolución.
“Cuba se ha distinguido siempre por la calidad de su sistema educativo, hemos tenido durante  50 años una educación accesible a todos. Sin embargo la educación formal ha ido perdiéndose,al parecer, de manera inversamente proporcional, pues  resulta común ver a parte de la población expresándose con un lenguaje vulgar por las calles”, dijo con cierto asombro Pedro Alcántara, vecino del Vedado.
Quien agregó entre risas que: “mientras más groserías digas «más gracioso resulta», si vas sin camisas y en bermudas a cualquier lugar eres más “sano”, y las chancletas y los rolos en las mujeres parecen haber abandonado la intimidad del hogar para convertirse en prendas de elegancia.”
Por su parte Alberto Suárez destacó que cuando triunfó la Revolución había más analfabetos que letrados pero las personas se daban a respetar”
El pueblo haitiano es cortés y educado.
“En la época de mis padres había bastante pobreza y me comentaban que las personas eran educadas, no tiene nada que ver con la educación docente, uno puede tener educación formal y ser analfabeto”. Acotó.
El Héroe Nacional de Cuba, José Martí,distinguió con claridad la diferencia entre ser un pueblo instruido y educado: “…Instrucción no es lo mismo que educación: aquella se refiere al pensamiento, y esta principalmente a los sentimientos. Sin embargo no hay una buena educación sin instrucción.”
Aspecto que resalta Claudia Castillo, socióloga del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS).
“Los individuos tienden a asociar en numerosas ocasiones la idea de que tener un alto nivel de instrucción o preparación académica garantiza un buen comportamiento social, cuando en realidad estos dos factores no están directamente relacionados entre sí. Una persona puede estar muy bien preparada académicamente y sin embargo tener un comportamiento alejado de las normas socialmente aceptadas o consensuadas”
En este mismo sentido Susana Echevarría, colaboradora internacionalista en programas de salud refirió:
“He tenido la experiencia de visitar Haití, un país con muy poco desarrollo económico y con lagunas en el sistema de educación y sin embargo preserva muchas de la normas de educación formal como son los hábitos de cortesía.”

CRISIS ECÓNOMICA = CRISIS DE VALORES
Entre los temas más polémicos con respecto a la desvalorización de la sociedad actual están las posibles causas del fenómeno.
A criterios de algunos la crisis económica que atravesó el país durante la década de los 90, influyó de manera determinante en la escala de valores de muchos ciudadanos.
“La tolerancia generalizada que afloró en los 90 con el «déjalo que se defienda», hizo que muchos perdiéramos de vista  las norma o principios de convivencia.” Aseguró Patricia Cárdenas residente del reparto Lawton en La Habana.
Entre tanto para Leandro Macías el encarecimiento económico motivó el florecimiento del irrespeto, la falta de cortesía y el paternalismo.
“¿Usted cree que antes la gente se mataba para coger una guagua, o le negaba un asiento a una embarazada para ir más cómodo? No, claro que no, lo que pasa es que con las carencias la gente se olvidó de lo esencial”
Sin embargo para Idania Rego, investigadora del CIPS, este período no influyó de manera tan determinante en el deterioro de la educación.
“Desde hace algunos años, se aprecia un proceso de transformación o deterioro de esos valores que no necesariamente tiene que estar relacionados con los periodos de crisis como lo fue el periodo especial. En este sentido hay que destacar que los contextos siempre influyen sea de manera positiva o negativo en la formación del individuo. Sin embargo diversos estudios indican que no podemos responsabilizar a este periodo solamente a la “crisis de valores actual” ya que con anterioridad se venían dando elementos que reflejan un resquebrajamiento de las conductas sociales., que por supuesto emergen con más fuerza en estos momentos donde ocurren grandes cambios a nivel social en el país. Pero reitero no se debe circunscribir solo al contexto de los años 90.” Aclaró.
Esta especialista considera además que en la época de crisis se fomentaron ciertos valores como la solidaridad y la tolerancia, por lo que recomienda a no  ver a este periodo de manera tan negativa
Sobre este tópico añadió Rebeca Morales, residente del reparto Párraga del capitalino municipio de Arroyo Naranjo.
“Yo no creo que todo este desparpajo que se vive hoy haya que achacárselo completamente al período espacial. Es verdad que la necesidad hizo que se preponderara “la supervivencia” como dicen en los documentales, pero creo que también si no fuese por la solidaridad, muchas como yo, no estaríamos en pie y haciendo el cuento”
¿QUIÉN LE PONE EL CASCABEL AL GATO? FAMILIA O ESCUELA
Como expresara el ilustre pensador cubano José de la Luz y Caballero… “La educación comienza en la cuna y no termina si no con la muerte.” Es por ello, que los esfuerzos por fomentar buenos hábitos de convivencia social deben ser una responsabilidad compartida por todos. Sin embargo para algunos este compromiso es mayoritario de las instituciones docentes.
Según Hugo Ramírez, anciano del Vedado, la escuela ha perdido su papel en la formación moral de las generaciones más jóvenes, ya que no les exigen en muchas ocasiones los hábitos de cortesía ni les enseñan las normas de convivencia social.
“Cómo es posible que la escuela esté haciendo un buen trabajo cuando vemos que algunos maestro se quedan inmóviles ante gravísimas violaciones de las normas de educación. Hay veces que un alumno trata al profesor como un amigo o compañero de aula y no se da cuenta de que aunque tengan a veces casi la misma edad debe existir una línea de respeto entre ambos”

Por su parte Alejandro Mesa Suárez, estudiante  de la CUJAE, opina que aunque no todo es perfecto, si reconoce el papel que han tenido sus profesores en su formación como ser humano.
“Tuve la suerte de estudiar en el IPVCE Vladimir Ilich Lenin y ahora en la CUJAE y realmente la mayoría de los profesores son muy exigentes en todos los sentidos.”
Sobre este propio tema Rachel García, estudiante universitaria considera que aunque la escuela no es la única responsable de este tema, pues la familia y la sociedad en sentido general tienen su influencia, si coincide en el rol primordial de los centros educativos.
“Nosotros los estudiantes nos pasamos prácticamente casi todo el día en nuestras escuelas o facultades, inclusive a veces llegamos a compartir más tiempo con amigos y profesores que con nuestros propios padres por lo cual sí creo que los profesores deben incidir mucho más en esta tarea.”
Entre tanto Luisa María Machado, profesora de la Secundaria Básica República Popular de Angola, opina que el maestro tiene la tarea no solo de instruir al alumno sino que además tiene como prioridad la formación integral de este. Para ello existen asignaturas como la educación cívica donde se imparten contendidos relacionaos con este tema.
Así mismo destacó que cuando se habla de educación formal y normas de convivencia también es importante sumar en estos esfuerzos a los padres y familiares del alumno, pues el estudiante se desenvuelve en varios contextos y la exigencia en este sentido no debe decaer.
“La cooperación escuela-familia es muy importante pero a veces el trabajo se nos hace algo complejo. Antes cuando un maestro le daba las quejas a los padres por el mal comportamiento de un alumno, éste le llamaba la atención al alumno,  ahora sin miramientos el padre en ocasiones se enfrenta al maestro.

Por su parte hay quienes sí reconocen que es la familia el centro fundamental de formación de los más jóvenes.
“Considero que no es solo un problema de educación cívica en la escuela, la educación comienza y termina en la casa, participan todos, pero el ejemplo primero, el principal, es el de los padres… ese es nuestro espejo, los principales valores se cimientan y refuerzan en casa. El respeto por los demás comienza con el respeto por nosotros mismos” dijo enérgicamente Zoila Crespo, trabajadora social.
Aspecto con el que coincide Ramón Guerra quien resalta el ejemplo dado por su propia familia.
“Miremos a nuestros abuelos como fueron criados, como nos criaron, en el respeto, la dignidad, la laboriosidad. Me considero una persona respetuosa y solidaria y eso es gracias a la magnífica formación que tuve en casa.”
Otros apuntan a que el origen de la mala educación se encuentra marcado por lugar de procedencia de la persona, prejuicio que agrava a veces la convivencia o el trato hacia los otros.
“Claro que el lugar donde tú vives influye. No es lo mismo vivir en un barrio tranquilo a que en uno bullanguero donde la gente no se sepa comportar. No es lo mismo vivir en Plaza mi chiquitico, que allá en Párraga o la Güinera” acotó María del Carmen Báez, ama de casa de 48 años.
Criterio con el cual no coincide Edel Fleitas, vecino de Diez de Octubre.
“Mira, el tema es muy serio y se agrava progresivamente y yo no sé cuál es la causa, pero nací y crecí en Jesús María, uno de los barrios más pobres y de más mala fama de la habana y por allá es muy raro ver una falta de respeto a las personas mayores o algo de eso”
(Realmente la juventud está perdida, cuáles son las principales manifestaciones de la pérdida de valores en el país y sus posibles soluciones… sobre esto versará la segunda parte de ¿Mala educación o educación mala?) 

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=nXKm4fLU8yI



http://www.cubadebate.cu/especiales/2013/05/03/mala-educacion-o-educacion-mala-i-parte-fotos-y-video/

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