viernes, 28 de marzo de 2014

Novedad: Tiendas La Copa y La Puntilla ya aceptan pagos en efectivo en pesos cubanos

(Sí muy bueno que al fin la mon eda nacional, tan minimizada, cuestionada, despreciada y depreciada a la vez, vuelva a poder comprar y a ser útil aunque sea en estas dos tiendas, pero sigue sin resolver el problema principal, con salarios tan pobres, la mayoría del pueblo continúa sin poder comprar  en esas tiendas pues al cambio es lo mismo: o sea 20 CUC es igual a más de 400 pesos, eso no lo aguanta el bolsillo del trabajador cubano, así que la VERDAD, estamos en el mismo punto.)


Ismael Francisco, L. Eduardo Domínguez
 Como un paso en el camino hacia la imprescindible unificación monetaria, se puso en práctica desde el inicio de este mes la aceptación del pago en efectivo en Pesos Cubanos (cup), de acuerdo a la tasa de cambio de CADECA, en las tiendas La Puntilla y La Copa, ambas del municipio Playa, .
El experimento, que pretende llegar a todas las regiones del país como cumplimiento del Lineamiento No. 55 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, comenzó solo en el área del mercado de ambas tiendas, y  ya en La Copa está disponible en todas las áreas de venta.
“En cualquier punto de nuestra tienda puedes pagar en CUC y en Moneda Nacional, incluso, puedes combinar ambas monedas o pagar con tarjeta magnética sin ningún problema”, comentó Elizabeth, gerente de La Copa.
La novedad ha encontrado rápida aceptación entre los clientes, quienes agradecen la facilidad de evitarse el viaje hasta las CADECAS.
“Cambiar dinero en una CADECA es un martirio. Cuando no están cerradas en días laborales, están almorzando, y cuando menos lo esperas, llegan los camiones de TRASVAL a recoger dinero y la cola llega hasta la otra cuadra. Esta medida no resuelve de momento el problema de los salarios, pero al menos no tienes que depender del servicio de cambio”, explicó Jorge, un cliente a las afuera de La Copa.
Algunas personas sienten temor por las altas cifras que tendrán que manejar. Es decir, si cada CUC son 25 pesos en moneda nacional, una compra de múltiples productos puede servir para que algún “vivo” recaude fondos para su bolsillo.
“Puede ser un poco complicado para mi manejar una suma mayor de dinero y tener en cuenta el cambio en todo momento. Con más de 70 años las sumas se tornan más difíciles de hacer. Pero bueno, lo que si no puede ser es que tengamos dos monedas. Supongo que todo se irá solucionando sobre la marcha, los precios bajarán, y las ‘chucherías’ para mi nieta costarán uno o dos pesos, no diez o veinte”, dijo Rosa en las afueras de La Puntilla.
Sin embargo, según apuntó Elizabeth, las cajas de pago cuentan con un sistema automatizado que revelará al cliente el costo de los productos que adquirió.
“Todas las cajas registradoras tienen en su sistema el tipo de cambio que tienen que hacer. Todo de acuerdo a la tasa de cambio de CADECA. El cliente podrá ver, como lo hacía antiguamente, el precio de los productos que compró en la pantalla de la caja. Tampoco será un problema si el cambio del CUC baja o sube, el sistema estará actualizado al día”, sentenció.
En el caso de La Puntilla, una comercial del área del mercado dijo que hasta el momento solo se puede comprar en peso cubano en efectivo en esa área. Y agregó que aún se está aprobando la ampliación de dichos servicios hacia otros puntos de venta de la tienda.
Respecto al tema, la gerente del lugar dijo que no estaba autorizada a dar declaraciones. No obstante, en las afueras del área del mercado se podía ver el mismo cartel que estaba en las tiendas de La Copa.

jueves, 20 de marzo de 2014

Precios pre-dispuestos

 
Con un manojo de centavos en el puño, se acercó al mostrador y le hizo una seña al dependiente.
-Buenas, deme una lata de refresco tukola, por favor –suplicó con unos sesenta años de educación y dos horas de caminata en sus rodillas.
El dependiente, indiferente al monto que la señora había dejado caer sobre el mostrador, le acercó el refresco y se dispuso a contar el dinero.
-Faltan cinco centavos –replicó el joven tendero ahorrándose cortesías y modales.
La señora, impasible ante el llamado del vendedor, rebuscó en su bolso una moneda más para completar el precio establecido en ese momento.
–Aquí tiene –sentenció la señora sin darse cuenta que su pedido le había costado más caro que de costumbre.
La alteración de precios en algunas Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) y otras entidades de comercio de productos en CUC, constituye aún un problema por solucionar en algunos puntos de venta de la ciudad pese a las medidas que se han adoptado en años anteriores.
El Ministerio de Finanzas y Precios dio a conocer en el 2012, en un intento por erradicar estas “multas”, la resolución (214) en la cual establecían una lista de precios únicos para más de un centenar de productos. Sin embargo, según algunos clientes, todavía existen irregularidades en los costes de las mercancías.
“Destinar parte del salario en la compra de estos productos, importantísimos para el hogar, ya es una proeza para el cubano de a pie. Imagínese si aparte de eso tenemos que pagar esta pequeña “multa” para llenarle el bolsillo a alguien”, comentó una señora que salía de una de las tiendas de la Terminal de Ómnibus.
Un equipo de Cubadebate que llegó a las puertas de esta misma terminal, encontró, entre otras cosas, que las colchas de limpiar tenían precios diferentes a lo establecido por el Ministerio de Finanzas y Precios. El importe de este útil de la limpieza variaba en dos de las tiendas, entre 0.80 y 0.85 CUC cada una. Y en algunos contenedores de Nuevo Vedado, permanecen en 0.85 CUC.
Según los comerciales de estas tiendas, existe un proveedor que proporciona estos productos a la cadena con un precio que responde al importe de costo. Luego la cadena impone una cifra superior, en dependencia del tipo de tienda. Cada empresa aplica un margen con el fin de obtener ganancia. El resultado consiste en la diferencia de valor de un mismo artículo entre distintas unidades.
Se puede encontrar diferencia de precios entre las TRD, las tiendas y Cupet pertenecientes a la empresa CIMEX, solo que, a veces, el monto es abismal.
Sucede con más frecuencia en tiendas que expenden artículos no amparados por la resolución 214. Un bombillo de pantalla pequeño de auto o moto, en 23 y C o en Infanta y Malecón, cuesta más de 5 CUC. Sin embargo, ese mismo bombillo en una TRD vale 0.35 CUC.
Asimismo, existen precios que no se ajustan a la muestra en exposición. En el Cupec de Santa Catalina y Boyeros, unos bombillos de farol delantero de motos con un precio visible de poco más de 4 CUC, cuestan en realidad 3 CUC y unos centavos.

REBAJAS, MULTAS Y DIFERENCIAS IRRECONCILIABLES

Una de los comerciales entrevistados añadió que está el caso de mercancías con defectos, para las cuales los proveedores otorgan notas de crédito por el valor considerado de la afectación.
Además algunos productos tardan largos periodos en venderse, por lo que son sometidos a rebajas producidas de manera centralizada. Es decir, la cadena fija un precio único en todas las tiendas. No obstante, advierte que eso no justifica que puedan existir artículos con diversidad de precios dentro de la propia cadena.
“En esta zona tenemos muchas tiendas y además, estas casetas que son muy útiles para los consumidores, ya que las puedes encontrar en la esquina de la casa. Pero no entiendo por qué un paquete de pollo o detergente, un pomo o lata de refresco, o una frazada de piso, en estos contenedores, lo podemos encontrar con precios superiores al de las tiendas de la misma empresa. Tal vez cobran por evitar la molestia de caminar un poco más, como los carretilleros”, concluyó sonriente un joven a la salida de la tienda de Tulipán.
Uno de los vendedores entrevistados dijo que en su Cupec, que pertenece a la empresa CIMEX, ha visto los precios un poco más altos que en las TRD  y, sin embargo, están establecidos por la cadena. “También ocurre con las bebidas, el papel sanitario, productos de limpieza y aseo, cárnicos y muchos otros. Tengo entendido que la diferencia de los precios se fija entre el proveedor y la empresa. Eso sí, no dudes que en algunos lugares los precios estén multados”, afirmó.
Aunque los productos que se venden en cualquier tienda, sean de una cadena o de otra, son iguales en cuanto a envase, contenido o marca, los precios varían. ¿Será que utilizan alguna estrategia de marketing, como bajar un poco los precios para vender más respecto a los otros? ¿O tal vez es una medida suicida a productos que se quedan estancados en el almacén?
“Hay rebajas en muchos lugares. No tiene que ser fin de año, día de los enamorados, ni ninguna otra fecha señalada. Es real, a veces hay una sobreproducción de alguna mercancía, o simplemente no son productos con mucha salida. También hay que tener en cuenta las zonas más pobladas, incluso, las de mejores recursos económicos, a mayor demanda en un municipio, más rápido se acabarán los suministros, y viceversa. De todas formas, no existe justificación para encontrar tal variación entre precios”, indicó un trabajador de un Cupet de Línea.
En la mayoría de los casos, los clientes se conforman con estas “diferencias” y no vacilan en pagar… pensando en el dicho: un centavo más o un centavo menos…
“No creo que mucha gente discuta con el dependiente por cinco centavos más o menos. Es un fenómeno que ha pasado a formar parte de nuestra cultura, de nuestro diarismo. Como si fuera un proceso automático, o un gesto involuntario de nuestro cerebro. Llegas a una tienda, miras el precio, y simplemente pagas”, comentó un grupo de estudiantes a la espera de un P2 en la parada de Tulipán.
Mas, si existe una resolución que unifica la mayoría de las mercancías que se comercializan en estas tiendas, ¿por qué aún encontramos irregularidades? ¿A qué, en verdad, se debe la diversidad de costo en las mercancías que no entran en dicha resolución, si presentan las mismas características en cualquier cadena de venta?
No debe ser parte de la cultura de nuestro pueblo aceptar o conformarse con la inquietante diversidad de precios sin explicación certera, ya sea de pesos, de diez e, incluso, de cinco de centavos, pues, para la mayoría, con un bolsillo estrechamente remunerado en moneda nacional, hasta los quilos marcan la diferencia.


 

sábado, 15 de marzo de 2014

¿A la espera de la lluvia de café?

Por: Raquel Sierra Liriano



Por estos días, los comentarios callejeros han estado centrados en el tema de la venta de autos. Que si “los precios superan los del primer mundo”, “solo al alcance de personas con dinero habido oscuramente”, “un golpe mortal a las cartas” y “con el revuelo, está todo parado ahora”. Sin embargo, un tema preocupa más a las mayorías: los elevados precios de los alimentos del agro.
Las nuevas formas de comercialización dieron cierta esperanza de una regulación hacia la baja. Con el paso de los días, las expectativas han ido al piso: no disminuyen y la calidad sigue sin corresponderse con lo que cobran por los productos a la venta.
“¿Quién ha visto una libra de pimientos arrugados y chiquitos a 15 pesos?”, pregunta una vecina de Diez de Octubre. “Pagué cinco pesos por cuatro tomates de perita de tercera”, dice Miguel. “Algunos días al mercado de Tulipán no se puede ir, está vacío y a lo que te cobran debes restarle el engaño en la pesa”, se queja una jubilada.
Estos criterios abundan y, como decía el programa Prismas, tantas miradas no pueden estar equivocadas.
Una antigua máxima económica ubica la solución en el incremento de la producción agrícola. Pero, a las personas les preocupa el cuándo, sobre todo porque –al menos hasta el momento–, las medidas adoptadas en el campo en los temas de comercialización no están a la vista, y para no pocos, adquirir los alimentos constituye un serio dolor de cabeza.
“En tiempos como este, quisiera tener un patiecito de tierra de tres por cuatro metros, tendría una mata de naranja agria, sembraría tomaticos y ajíes”, sueña Rosaura, residente en el Cerro. “Voy con mi pesa de mano al agro, de lo contrario, te tumban en el precio y también en el peso”, opina Ricardo Gonzá­lez, electricista. 
Poco se puede comprar con esos precios... parte el alma, en buen cubano.. 
Unos atribuyen la poca disponibilidad de estos surtidos, entre ellos el tomate, a las veleidades del clima: lluvia a destiempo y escaso frío, cuya incidencia se verá dentro de poco en la cosecha de papa. Sin embargo, de tanto oír sobre el tema a muchos les suena nuevamente a justificación.
Otros siguen culpando a los intermediarios y a la falta de un listado de costos para cada producto agrícola –estudiado objetiva y contemporáneamente–, que permita calcular cuánto estaría ganando cada eslabón de la cadena productiva.
Desde el lado de la academia, algunas reflexiones están enfocadas a la causa del asunto. De acuerdo con el economista Omar Everleny, en su Análisis de la evolución reciente de la economía de la Isla, “la agricultura cubana absorbe 20 por ciento del empleo total y su aporte directo al PIB (Producto Interno Bruto) es de menos de cinco por ciento, ya que es donde se encuentra la más baja productividad”. A su criterio, “aún falta un largo camino por recorrer, no se corresponde lo realizado con los resultados productivos”.
El estudioso de la problemática agropecuaria Armando Nova, opina que “el análisis y la valoración del comportamiento de la producción agrícola y sus resultados durante los últimos cuatro años, denotan que las fuerzas productivas aún se encuentran detenidas y se requiere profundizar en las transformaciones de las relaciones de producción”.
En su artículo Continuidad de los cambios en la agricultura, el investigador del Centro de Estudios de la Economía Cubana, considera que “no resolver los problemas señalados durante el análisis del Decreto-Ley 300 y el nuevo reglamento de las UBPC, favorece la dilación de los resultados esperados”.
A su vez, indica, se requiere un proceso más dinámico en las transformaciones del sector que conduzcan a la creación de un modelo de gestión económica que consolide el nuevo modelo agrícola cubano.
Dicen que con el tiempo, cuando se estabilice el mercado, los precios bajarán. En tanto esto ocurre, la sociedad no puede apartar la mirada de quienes, aun luego de haber aportado toda una vida de trabajo, perciben remuneraciones incapaces de esperar a que “llueva café en el campo”.

Todos iguales, iguales todos

Por:

Alexander A. Ricardo

El matemático y geómetra griego Euclides ya hablaba de ellos: Los cuadrados. En su obra cumbre, Los elementos, estudió sus características y propiedades. Línea a línea y ángulo a ángulo logró “cuadrar la caja”.
El Padre de la Geometría, y del dolor de cabeza en muchos estudiantes, describió al cuadrado como: “un paralelogramo que tiene sus cuatro lados iguales y los ángulos rectos. Posee cuatro ejes de simetría e igual número de vértices y aristas”.
Definición hecha a la medida; a la de antes de nuestra Era.
Corriendo el riesgo de que me tilden de “mente cateto” o “hijo de hipotenusa”, discrepo con la caracterización del erudito.
El cuadrado es eso y algo más. O menos. Lo confieso. La geometría es mi débil. Para mí es una peculiar figura. Un 4x4. Un todoterrenos.
Muy a menudo se camufla tras una camisa geométricamente acorde a sus ideas. Su cerebro da giros de 360º. Le encanta ver la luna en cuarto menguante.
Cuadro a cuadro transita cuadra por cuadra. Siempre recto, inamovible, raso. Jamás sobrepasa las líneas de “lo establecido”. Es como el fósforo. Una vez fuera de su estrecha cajita, no le funciona la cabeza.
Pasa el tiempo libre haciendo crucigramas, jugando Tetris o con los cubiletes. Esto, después de haber acuñado burocráticas cantidades de papeles en formato A4.
Su área, en las matemáticas, es A=L². En la sociedad no tiene sitio ni perímetro fijos.
Multifuncional. Habita, sin apuros, en la taquilla de una terminal. Atrincherado en su viciado buró. Obstinado, detrás del mostrador en aquella cafetería, precisa a sus clientes:
–Entonces, ¿por fin, qué van a consumir?
–Un espagueti napolitano y otro con jamón, por favor.
–Napolitanos no hay. Los que tenemos son con jamón.
–Está bien. Tráenos dos así. Luego yo me encargo de quitarle el jamón al mío.
–Ah, eso es otra cosa. De esa forma no hay lío.
Guarda su papelito, tamaño bolsillo, exhibe su sonrisa “giocóndica”.
El típico cuadrado tiene el don de la rectitud. Solo deja de tirar rectas duras, para lanzar una buena curva. Su repertorio es corto, pero efectivo. Un buen número han sido los ponchados.
Es de estos tipos que ven la vida en fotogramas. Su actitud parcelada le permite localizar trabas donde otros buscan soluciones. No necesita mucho espacio. Parado en una baldosa es capaz de hacerte caminar varios kilómetros por esa mancha azul-morada llamada cuño.
Por muy larga que lleves tu bermuda, aun rozándote los tobillos, no te dejará pasar a hacer una simple pregunta. El reglamento es así. Mitad regla y mitad lamento. Mejor no tropezárnoslo en su versión cubo. Si con una cara son difíciles, seis podrían dejarnos en un cuadro clínico delicado.
Esto me ha hecho mirar con mucho recelo la geometría toda mi vida. Antes de cada prueba me preguntaba qué daño le había hecho a los griegos para que mi cabeza se pusiera como un óvalo, diera vueltas en círculos y no triangulara una idea.
Eso sí, cuando tenga un hijo y le gusten más los teoremas que las reglas ortográficas, me encargaré de aconsejarlo sobre el mundo de las medidas, espacios y planos. Es traumático estar en el último ejercicio de la prueba, el profesor recordándote el tiempo para recoger y tú fajado con ese cuadrado sin hallarle solución.

Presentan la nueva web del periódico Granma en la sede de la UPEC (+ Fotos )

 
Nueva págin a web de Granma.
  En horas de la mañana de este jueves fue presentado en la Casa de la Prensa, en el Vedado, el nuevo portal digital del Periódico Granma, con motivo del 122 aniversario del Periódico Patria, y día de la prensa cubana. Cubadebate entrevistó al subdirector del medio, Oscar Sánchez Serra, para conocer detalles sobre la nueva imagen en la web del Órgano Oficial del Partido Comunista de Cuba. 
¿El cambio estructural también significará una mayor producción de textos para la web?
Al dotarse la nueva web de las modernas herramientas de este formato, permitirá más inmediatez a partir de la ocurrencia del hecho noticioso, interactividad con el usuario y una estrecha vinculación del periodista con la propia plataforma al ser él quien gestione su material en el proceso de publicación. Todo eso debe estimular la producción de materiales para la web, no solo de texto, sino de elementos multimediales u otros tipos de propuestas sobre la plataforma.
¿Tendrá un carácter hipermedial la página para así lograr que se aleje del lenguaje impreso?
Lanzamiento de la web en  la UPEC Nacional.
Los materiales serán periodísticos, no materiales para el impreso o para la web, lo que cambiaría sería el formato y las exigencias que sobre este requieran esos materiales. De tal manera el flujo no tendrá la única dirección que tiene hoy, del impreso a la web, sino que iría cada vez más del digital al impreso. De hecho, en los dos últimos meses materiales de mucho impacto han viajado en esa dirección, desde la web al impreso. Y sí, claro que tendría un carácter hipermedial.
¿En su opinión cuánto podrá ayudar al medio la agilidad informativa?
Está muy relacionada con la primera pregunta, creo que va a multiplicar por mucho esa agilidad, aunque debemos aclarar que una cosa es la potencialidad de la plataforma, que te permite incrementar esa agilidad informativa, y otra el comportamiento que tenga el periodista ante el suceso. Si se queda atrás, la plataforma no le va a escribir el hecho; si quieres emplear las redes sociales, la plataforma no le subirá el texto para salir adelante. Seguirá dependiendo de la actitud que tenga ante esta transformación. La tan invocada mentalidad, aquí hay que cambiarla también.
¿Hasta que punto se le facilitará al usuario la búsqueda de información en el sitio y cómo  quedará organizada la nueva estructura?
Es una de las virtudes de la plataforma, el usuario siempre sabe dónde está una vez que entre al sitio, lo haga desde su raíz al teclear la URL en el navegador o si los buscadores lo llevan hasta nosotros.  El uso de las etiquetas y la propia disposición de la arquitectura de información ayudaría mucho al usuario en la estructura, que tiene un menú principal, una zona de wigdets a la derecha y otra de barner debajo, arriba tendría una zona de portadas para sucesos de gran connotación que permitirá al usuario identificar muy fácilmente que se trata de una noticia destacada y al mismo tiempo nos da la posibilidad a nosotros de jerarquizar la información.
¿Existirá un “Comunity Manager” para el sitio que les permita mayor interactividad con los usuarios?
Pelayo Terry C uervo, dicrector del Periódico Granma (izquierda), Karina Maron, jega de información (centro) y Oscar Sánchez, subdirector (derecha).
La interactividad está garantizada al emplearse todas las herramientas de la web.  El Community Manager, visto en su acepción como el profesional responsable de construir, gestionar y administrar la comunidad online alrededor de una marca en Internet creando y manteniendo relaciones estables y duraderas con sus clientes, sus fans y, en general, cualquier usuario interesado en la marca. Ahora seríamos varios, sobre todo los de más responsabilidad con los principales materiales o zonas en las cuales debe generarse esa comunidad. De cualquier manera, en este proceso de aprendizaje, habrá que identificar a la persona con esas características. Pero claro que lo tendríamos o lo formaríamos.