“…Sólo
el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”. Jorge Luis Borges.
Me
descubrí envuelta en sus páginas, cada vez más profundo, con mayor placer.
Había olvidado durante bastante tiempo ese disfrute infinito que proporciona un
buen libro. Las tormentas eléctricas y lluvia torrencial de los últimos días,
me conminaron a apagar la computadora, en el afán de preservarla y, al hacerlo,
prescindir del internet. ¿Qué hacer con ese espacio de tiempo libre?, me
preguntaba.

“La lectura de un buen libro es un diálogo
incesante en que el libro habla y el alma contesta”, dijo André Maurois y créanme, para mí
jamás será comparable su tibieza, olor, la posibilidad de apresarlo entre las
manos, la comodidad de pasar hoja tras hoja, quizás acostados bajo la luz de
una lamparita, que el impersonal y frío ordenador, aunque en este encontremos
un best seller.

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