viernes, 30 de marzo de 2018

La Guayaba, una fruta imprescindible



El guayabo es un árbol relativamente pequeño, de hasta 8 m de altura, que encierra en si mismo un tesoro inigualable, original de la América tropical y es cultivada y naturalizada en Trópicos del Viejo Mundo. Se ha propagado en Cuba de tal manera que forman extensos guayabales; por ejemplo, al transitar por la carretera de Viñales en la provincia de Pinar del Río, se observan los hermosos guayabos tapizando el paisaje, contrastando con los mogotes que se divisan a lo lejos.
El fruto es carnoso de forma y tamaño variables en dependencia de la especie o variedad. Son comestibles, presentan un valor nutritivo de entre 38-66 calorías/100 gramos y son más ricos en vitamina C que los cítricos, solo superados por la pulpa del marañón. Son utilizados además como antiescorbútico debido a su riqueza en vitamina C.  De piel lisa y cérea. Color de la pulpa puede ser blanco, amarillo, rosado o rojo, con sabor y textura variada, con olor característico. El sabor varía desde dulce, ácido y muy ácido, en pocos casos insípido. El número de semilla oscila y puede alcanzar hasta 500.
Beneficios de la guayaba:
Excelente para reforzar las defensas del cuerpo ya que estimula la producción de glóbulos blancos. Ayuda a combatir y prevenir enfermedades infecciosas. Muy útil para tratar afecciones respiratorias como tos, bronquitis, asma, catarro, influenza, gripe, etcétera. Ayuda a conservar el equilibrio adecuado en la presión arterial. Mejora la circulación. Ayuda a combatir el colesterol. Buena para incluir en dietas de diabéticos. Protege contra enfermedades infecciosas de los ojos. Favorece la actividad de las enzimas reparadoras. Posee una ligera acción anti-coagulante. Depura el organismo de toxinas o grasas nocivas acumuladas. Favorece la salud de la piel. Ayuda a combatir contagios. Útil en las dietas de la tercera edad, ayuda a vigorizar el cuerpo y a mantenerlo en buen estado de salud general. Finalmente, la guayaba puede consumirse de muchas formas y con ella se pueden hacer variadas preparaciones como jugos, aderezos, cócteles, mermeladas, dulces, postres y salsas.
Al igual que la carne de puerco y el café es imposible ocultar su exquisito olor.
Una receta especial y diferente:
Pescado frito con salsa de guayaba:  De 2 a 3 libras del pescado entero de su preferencia ya limpio,  ¼ de taza de salsa de soya,  una cucharada de ajo bien picado, una cucharada de jengibre picado,  jugo de 2 limones,  ¼ de taza de aceite de canola,  2 ajíes pimientos,  una cebolla grande, blanca o morada, en rebanadas,  2 guayabas cortadas, para decorar,  una taza de jugo de piña fresco,  ½ taza de perejil picado,  2 tazas de harina de maíz,  pimienta negra al gusto,  pizca de sal,  aceite de canola para cocinar.
Preparación:  En un recipiente, mezcla la salsa de soya, el ajo, el jengibre, el jugo de limón y el ají. Marina el pescado en esta salsa por 30 minutos.  En una cacerola a fuego alto, carameliza las cebollas con el aceite de canola. Y agrega las guayabas para ablandarlas y darles sabor. Deja la salsa cocinando hasta que se reduzca a la mitad de su volumen y ponlo en la licuadora o batidora. Licua o bate la mezcla hasta que esté suave. Sazona y revisa el sabor. Calienta el aceite de canola en una olla profunda a 400 grados. Saca el pescado de la salsa en que lo marinaste y cúbrelo con la harina de maíz. Fríe el pescado de 3 a 5 minutos hasta que esté dorado. Sazona con pimienta y pizca de sal.  En una fuente grande coloca el pescado y sírvelo cubierto con la salsa de guayaba. Decora con rebanadas de guayaba y el perejil.









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