viernes, 30 de marzo de 2018

La Guayaba, una fruta imprescindible



El guayabo es un árbol relativamente pequeño, de hasta 8 m de altura, que encierra en si mismo un tesoro inigualable, original de la América tropical y es cultivada y naturalizada en Trópicos del Viejo Mundo. Se ha propagado en Cuba de tal manera que forman extensos guayabales; por ejemplo, al transitar por la carretera de Viñales en la provincia de Pinar del Río, se observan los hermosos guayabos tapizando el paisaje, contrastando con los mogotes que se divisan a lo lejos.
El fruto es carnoso de forma y tamaño variables en dependencia de la especie o variedad. Son comestibles, presentan un valor nutritivo de entre 38-66 calorías/100 gramos y son más ricos en vitamina C que los cítricos, solo superados por la pulpa del marañón. Son utilizados además como antiescorbútico debido a su riqueza en vitamina C.  De piel lisa y cérea. Color de la pulpa puede ser blanco, amarillo, rosado o rojo, con sabor y textura variada, con olor característico. El sabor varía desde dulce, ácido y muy ácido, en pocos casos insípido. El número de semilla oscila y puede alcanzar hasta 500.
Beneficios de la guayaba:
Excelente para reforzar las defensas del cuerpo ya que estimula la producción de glóbulos blancos. Ayuda a combatir y prevenir enfermedades infecciosas. Muy útil para tratar afecciones respiratorias como tos, bronquitis, asma, catarro, influenza, gripe, etcétera. Ayuda a conservar el equilibrio adecuado en la presión arterial. Mejora la circulación. Ayuda a combatir el colesterol. Buena para incluir en dietas de diabéticos. Protege contra enfermedades infecciosas de los ojos. Favorece la actividad de las enzimas reparadoras. Posee una ligera acción anti-coagulante. Depura el organismo de toxinas o grasas nocivas acumuladas. Favorece la salud de la piel. Ayuda a combatir contagios. Útil en las dietas de la tercera edad, ayuda a vigorizar el cuerpo y a mantenerlo en buen estado de salud general. Finalmente, la guayaba puede consumirse de muchas formas y con ella se pueden hacer variadas preparaciones como jugos, aderezos, cócteles, mermeladas, dulces, postres y salsas.
Al igual que la carne de puerco y el café es imposible ocultar su exquisito olor.
Una receta especial y diferente:
Pescado frito con salsa de guayaba:  De 2 a 3 libras del pescado entero de su preferencia ya limpio,  ¼ de taza de salsa de soya,  una cucharada de ajo bien picado, una cucharada de jengibre picado,  jugo de 2 limones,  ¼ de taza de aceite de canola,  2 ajíes pimientos,  una cebolla grande, blanca o morada, en rebanadas,  2 guayabas cortadas, para decorar,  una taza de jugo de piña fresco,  ½ taza de perejil picado,  2 tazas de harina de maíz,  pimienta negra al gusto,  pizca de sal,  aceite de canola para cocinar.
Preparación:  En un recipiente, mezcla la salsa de soya, el ajo, el jengibre, el jugo de limón y el ají. Marina el pescado en esta salsa por 30 minutos.  En una cacerola a fuego alto, carameliza las cebollas con el aceite de canola. Y agrega las guayabas para ablandarlas y darles sabor. Deja la salsa cocinando hasta que se reduzca a la mitad de su volumen y ponlo en la licuadora o batidora. Licua o bate la mezcla hasta que esté suave. Sazona y revisa el sabor. Calienta el aceite de canola en una olla profunda a 400 grados. Saca el pescado de la salsa en que lo marinaste y cúbrelo con la harina de maíz. Fríe el pescado de 3 a 5 minutos hasta que esté dorado. Sazona con pimienta y pizca de sal.  En una fuente grande coloca el pescado y sírvelo cubierto con la salsa de guayaba. Decora con rebanadas de guayaba y el perejil.









Iglesia del Espíritu Santo, La Habana Vieja. Historia, curiosidades, arquitectura



Esta iglesia es considerada la más antigua de La Habana y Cuba. Está situada en el corazón de la parte colonial, en la esquina que forman las calles Cuba y Acosta. Según documentos de Archivo, en 1638 se construyó la ermita.
Se dice también que las autoridades eclesiásticas decidieron convertirla en la segunda parroquia que tuvo la villa de San Cristóbal de La Habana. El obispo Jerónimo Valdés mandó a construirla a partir de una ermita, pequeña y pobre, que negros libres habían edificado en 1638 en honor al “Divino Paráclito”, nombre dado al Espíritu Santo en la teología y liturgia cristianas.
En el exterior hay una interesante placa que dice: “Única Iglesia inmune en esta ciudad, construida en 1855.” Se debe a que la iglesia del Espíritu Santo era la única en Cuba que podía conceder asilo a los perseguidos por la justicia, derecho que le fue establecido en 1772.
De ahí el nombre de Iglesia del Espíritu Santo. La descripción que hace Joaquín Weiss del interior de la capilla de la iglesia, aunque muy técnica, es reveladora de las peculiaridades representativas de la arquitectura de entonces: “la capilla mayor se cubre con una bóveda nervada cuyos terceletes forman lunetos; su goticismo no puede considerarse, sino como una manifestación erudita inspirada tal vez por el propio Obispo D. Jerónimo Valdés”.
Otra de las referencias tiene que ver con este obispo, quien, dicho sea de paso, dio origen a la profusión de “valdeses” en la relación de apellidos cubanos, por haber promovido la fundación de una casa de beneficencia, en 1695. Todos los amparados bajo su techo recibieron luego el apellido Valdés.
El famoso obispo había decidido acometer la construcción de la parroquia a instancias de un reclamo aparecido en el acta capitular el 1 de julio de 1632, en el cual se hace un pedido urgente de terrenos o solares para terminar de construir la “fábrica” de una iglesia. Valdés, ya era famoso por las muchas obras de bien público y sus gestiones no se hicieron esperar. En su condición de mortal y previendo que sus restos físicos descansaran a los pies de una casa sacra, ya que su alma iría al lado de cierta diestra, mandó a preparar una urna para ser enterrado en el muro del lado del evangelio.
Cuando el obispo Pedro Morell de Santa Cruz decidió los cambios, 31 años después, la urna con los restos fue removida para darle ubicación definitiva. Fue entonces que las cosas se complicaron un tanto. Hasta 176 años después, no se supo más de esa urna.
Otro elemento se suma importancia en el templo son las criptas funerarias que se conservan en su interior, las que fueron descubiertas en 1953; el magistral sepulcro del Obispo Valdés hallado en 1936 y el hecho de haber sido la única iglesia de la ciudad que brindaba protección y asilo a los perseguidos por las autoridades. Hoy la iglesia es un monumento enclavado en el patrimonio de cualquier cubano amante de una ciudad que venera y conserva.
Arte y arquitectura
La cubierta de la iglesia es de valiosos techos de alfarjes, con tirantes pareados apoyados sobre ménsulas o canes, exceptuando los de la Capilla Mayor, que explican los estudiosos en el tema que tiene bóveda de nervadura fabricada en las primeras décadas del Siglo XVIII, a instancias del Obispo Jerónimo Valdés, el cual fue enterrado posteriormente en el templo, donde se conserva su sepulcro.
La fachada de esta iglesia muestra una mezcla de estilos arquitectónicos, desde el árabe hasta el neoclásico, con presbiterio de alto puntal y una bóveda nervada de fundamento gótico. Se levantó además al estilo “uninave”, como señalara Joaquín Weiss, arquitecto e historiador cubano y una de las voces más autorizadas en el tema. Uninave era el estilo de las construcciones religiosas cubanas en el siglo XVII, y significaba que tenía una sola nave central, también llamada “fábrica. La torre, sólida y altiva fue construida por el maestro Pedro Hernández de Santiago. Según Weiss, la portada de la iglesia resulta peculiar porque a pesar de ser sencilla en extremo: “muestra la influencia de las portadas moriscas en la faja rectangular resaltada, Alfiz o Arrabá, que enmarca el arco de la puerta. Este marco aquí se enlaza con el de la ventana superior, en un temprano y simplísimo esbozo de ese género de composición”.
En sus altares hay cuadros originales del religioso Nicolás de la Escalera del neocolonial Arístides Fernández, entre ellos el gigantesco óleo titulado El entierro de Cristo. El patio interior de la iglesia del Espíritu Santo es de estilo Andaluz, con hermosos jardines deliciosamente batidos por la brisa. Su mayor interés radica esencialmente en la simplicidad o sencillez de la hermosa construcción pétrea. A mediados del siglo XIX se demolió y levantó nuevamente la pared que da hacia la calle Acosta, remodelándose a su vez la fachada principal. A distancia destaca el reloj de su torre, el cual fue colocado en 1808.










jueves, 29 de marzo de 2018

El Tamarindo, sabrosa fruta


El nombre botánico del tamarindo es Tamariundus indica. Tiene raíces persas,” tamar-L-hind”, y significa” El día de India”. Es un árbol tropical de grandes dimensiones que puede llegar a alcanzar los 20 metros de altura y que se encuentra en todos los continentes. Sus frutos tienen forma de vaina, con unas semillas duras en su interior rodeadas de pulpa. Esta pulpa es la que se utiliza en la cocina para varios fines.
Aunque la pulpa va ganando en dulzor a medida que madura, en general el tamarindo es demasiado agrio para poder ser comido crudo incluso muy maduro por lo que su uso culinario es principalmente como ingrediente para salsas, chutneys o para dar sabor a dulces y golosinas. Es también muy utilizado en la elaboración de bebidas carbonatadas y siropes.
En esta fruta tropical se encuentran las vitaminas A, B1, B2, B3, B6, B9, C y E, además del ácido fólico. Igualmente, se hallan presentes en él una serie de minerales como: zinc, sodio, potasio, fósforo, magnesio, hierro, cobre y calcio. Como la mayoría de los ingredientes ancestrales, el tamarindo tiene una larga historia en usos medicinales. Varios involucran calmar malestares estomacales, ayudar a la digestión, y como laxativo. Los preparados con tamarindo se usan para las fiebres, dolor de garganta, reumatismo, inflamación, e insolaciones. Las hojas y las flores del tamarindo secas o hervidas se usan en cataplasma para inflamaciones de coyunturas, desgarres, bullidos, hemorroides y conjuntivitis.
El tamarindo también contiene niveles altos en ácido tartárico, tal como las frutas cítricas contienen ácido cítrico, ofreciendo no solo una chispa al sabor, sino una evidencia de su poder antioxidante a la hora de remover los radicales libres dañinos que flotan en el sistema.
Una receta exquisita:
Pollo con salsa de tamarindo: Perfecta para una cena formal o una comida con amigos.
 4 filetes de pechuga de pollo, 50 gramos de pulpa de tamarindo, 3 o 4 cucharadas de aceite de canola o de ajonjolí, 3 o 4 dientes de ajo, edulcorante al gusto, agua - 1/2 taza, pizca de sal, pimienta al gusto.
Preparación: Extender cada pieza de pechuga sazonar con sal y pimienta por ambos lados.  Colocar sobre una sartén previamente engrasada. Hornear a 200 °C por 40 minutos hasta que las pechugas estén cocidas.
Para la salsa:  Colocar en una cacerola el tamarindo con el ajo y agua. Cocer por alrededor de 5 minutos hasta que el tamarindo se suavice. Licuar o batir y colar. Regresar al fuego, sazonar con sal y añadir edulcorante al gusto. Servir las pechugas y bañar con la salsa.







Iglesia de Nuestra Señora de la Merced, La Habana Vieja, Historia


Está ubicada en la calle Cuba 806 esquina a Merced, La Habana Vieja. Fue construida entre 1865 y 1867, en estilo barroco y está considerada como uno de los templos más suntuosos de La Habana. Se levanta en una plazuela que permite apreciar en su totalidad la fachada desprovista de torre, en la cual se destaca la puerta principal de arco abocinado y un nicho central.
El interior, diseñado siguiendo el modelo de San Pedro de Roma, ofrece hermosos altares dorados, suntuosos murales, bóvedas con bellos frescos, una valiosa colección de pinturas antiguas y un tranquilo y solemne claustro.
La visita permite pasear por el interior de la iglesia en un maravilloso bosque de columnas corintias al estilo de las grandes catedrales clásicas, con una nave central atravesada por un transepto.
Se comenzó a edificar por los mercedarios en 1630, pero estos religiosos solo lograron levantar la parte comprendida entre la fachada y los púlpitos y una pobre casa conventual anexa. En 1834, el Gobierno utilizó la Iglesia para depósito de mercancías aduanales y en 1863 la entregó a los Padres Papales.
El Padre Gerónimo Valdés celebró con una gran fiesta la instalación de la comunidad y se dispuso a la reedificación del templo. Condes, marqueses, ricos y distinguidos profesionales, gente de todas las clases sociales, aunaron sus esfuerzos y todos contribuyeron a que el 31 de enero de 1867 se inaugurara el nuevo templo que existe hasta nuestros días, uno de los más bellos y atrayentes de La Habana.
Consta de tres naves separadas entre sí por monumentales arcadas de medio punto profusamente decoradas. Al final de las dos naves laterales se encuentran dos capillas, igualmente ornamentadas. Sin duda, la mayor atracción de esta iglesia es su decoración interior con pinturas murales realizadas por artistas cubanos de reconocido prestigio. El convento anexo está definido por un patio claustral de gran belleza. Mantiene sus funciones originales. (Con información de Ecured e Iglesias Habana)I









miércoles, 28 de marzo de 2018

Papaya, Fruta bomba u Olocoton

Fruta blanda, muy jugosa y de consistencia mantecosa. Pertenece a la familia de las Caricáceas, formada por 71 especies de árboles sin ramas que producen grandes frutos, tiene muchas propiedades medicinales que unido a su delicioso sabor hacen que esta sea, muy popular y apreciada. Es una especie originaria de Mesoamérica. En México se distribuye por el Golfo desde Tamaulipas hasta la Península de Yucatán, por el Pacífico se le encuentra desde Baja California a Chiapas. En la actualidad la encontramos cultivada en todas las regiones tropicales de América, desde México a Argentina y Brasil, naturalizada en los trópicos del Viejo Mundo.
La papaya es una fruta tropical que se consume por su pulpa principalmente, que suele ser de color anaranjado y de sabor dulce y jugoso. Los frutos maduros se toman generalmente frescos, en rodajas, con azúcar y zumo de lima o en ensaladas de frutas. Verdes se consumen como fruta cocida. También se elaboran diversos productos como confituras, refrescos, helados y jaleas, además de hacerse conservas con ella.
Beneficios: Combate el estreñimiento ya que actúa como un laxante suave. Agiliza cicatrizaciones externas e internas (por ejemplo, las úlceras gástricas). Facilita el bronceado gracias a que contiene gran cantidad de Retinina (facilita la acción de la Melanina). Elimina los parásitos intestinales. Ayuda a eliminar las Amebas que son responsables de muchas diarreas crónicas ya que sus semillas frescas son muy ricas en un nutriente llamado Carpasemina. Refuerza la inmunidad gracias a su alto contenido en Vitamina C.  La papaya facilita la digestión y calma el dolor e inflamación del estómago. La papaína tiene también propiedades analgésicas o sea calmantes del dolor. Muy útil en caso de gastroenteritis, colitis y colon irritable gracias a su efecto suavizante y antiséptico sobre los intestinos. Es una gran amiga de nuestra piel ya que nos ayuda a limpiarnos por dentro. El jugo puede quitar las manchas de la piel y mejorar los eczemas. Es la fruta ideal si queremos hacer un poco de dieta ya que es baja en calorías y rica en nutrientes. Efecto alcalinizante del organismo (ideal para personas con acidosis) Por el sabor tan particular que tiene la papaya hace que sea muy apreciada a la hora de elaborar postres, jugos, yogures, macedonias de frutas, helados, y otros productos deliciosos.   
Una receta sabrosa
Ensalada de pollo y frutabomba
5 cdas de aceite, 2 cdas de zumo de limón, 1 cda de salsa de soya, 1 pechuga de pollo cortada en tiras, 135 grs de ensalada mixta, 2 cebollas cortadas a la juliana, ½ pepino picado, 1 fruta bomba grande cortada en láminas.
Batir 2 cdas de aceite, zumo de limón y salsa de soya. Calentar el resto del aceite y saltear las tiras de pechuga durante 8 minutos o hasta que esté dorada, pero sin dejar que se seque. Retirar del fuego y reservar. En un tazón grande, verter la ensalada, esparcir las cebollas, el pepino y la fruta bomba. Añadir el pollo y condimentar. Revolver hasta que esté bien mezclado. Servir antes de que el pollo se enfríe.








La Iglesia de Reina, su historia, curiosidades

 Parroquia del Sagrado del Corazón de Jesús y San Ignacio de Loyola: Conocida localmente como Iglesia de Reina, es un majestuoso templo católico, de estilo neogótico, situado en el distrito de Centro Habana, en la capital. Es la iglesia más alta de Cuba y una de las más bellas, su elevada torre de 50 metros puede ser vista desde varios puntos de La Habana.

La idea de construir una iglesia dedicada al Sagrado Corazón, nació con el siglo XX en La Habana, aproximadamente en 1907 debido a las necesidades que tenían los padres jesuitas de tener un lugar dedicado a sus oficios, la zona escogida fue la de Reina y Belascoaín. La idea de una construcción gótica causó temores y oposición debido a los usuales huracanes, que azotan la isla. Un monje jesuita de origen vasco, experto en construcciones, se ofreció para la tarea, de manera conjunta con el arquitecto Eugenio Dediot.
La primera piedra fue puesta el 7 de agosto de 1914 y el 2 de mayo de 1923 fue consagrada por el obispo, Monseñor Pedro González Estrada. Se inauguró al día siguiente. Los principales financiadores de la obra fueron María del Carmen Zozaya, Narciso Gelats y Francisco del Valle y su esposa, acaudalados miembros de la sociedad habanera.
En 1996, se inicia un proceso de reparación capital de la iglesia, tras un largo estudio comenzado dos años antes, estas tareas llevaron incluso al cierre de la calle Reina que pasa frente a la construcción, las labores de rejuvenecimiento, fueron llevadas a cabo por la Oficina del Historiador de La Habana, y por empresas españolas y francesas.
De un estilo gótico auténtico, cuenta con los elementos fundamentales de esta corriente: arco apuntado, altas bóvedas ojivales, paredes reducidas, ventanales amplios y luminosos vitrales.
El altar fue hecho en Madrid, por el Reverendo Granda, compuesto de alabastro, madera y bronce, fue traído en piezas y montado en el lugar donde se encuentra bajo la dirección de su autor. Desde la calle frontal Reina, se puede observar la gran imagen del Sagrado Corazón, tallada en madera, cuya base es el Capitel Central que representa la parábola del hijo pródigo y a los dos santos que le hacen guardia: San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier.
Dentro del templo, se encuentran hermosos ventanales con deslumbrantes vitrales representando la vida de Jesús, la Virgen María, pasajes de la vida de Ignacio de Loyola y de algunos santos jesuitas. Posee una nave central, sustentada en seis columnas laterales rematadas por capiteles ornamentados, los que finalizan en el altar mayor, donde destaca una imagen gigantesca del Sagrado Corazón en actitud de bendecir a los fieles. A derecha e izquierda le hacen compañía dos animados grupos de santos jesuitas, además de otros santos y doctores de la Iglesia. Un conjunto de cinco ángeles, forman con sus alas desplegadas un docelete.
Existe una placa de bronce en el altar de la misa, donde está representado Jesucristo como el cordero degollado y en pie, símbolo de su muerte y su posterior resurrección, acompañado por una multitud que le canta alabanzas.
La parroquia cuenta también, con uno de los órganos más elegantes de Cuba. El piso de la nave central está hecho por elaborados mosaicos de teselas de piedra y cristal, tiene en su entrada las letras griegas alpha y omega, que significan a Cristo. Al final, se encuentra un anagrama antiguo de Jesús en latín: JHS Jesus Homo Salvator (Jesús Hombre Salvador).
Las dos naves laterales forman una cruz latina, una está dedicada a San José, donde se encuentra además una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona del país, junto con la bandera cubana. El altar de la otra nave está dedicado a la Inmaculada Concepción y es donde se encuentra el sagrario que guarda las hostias consagradas. En el fondo del templo se halla esculpida una imagen de la Virgen de Fátima.












martes, 27 de marzo de 2018

Sabrosa fruta. La mandarina, origen, beneficios y utilidad


Proviene de las zonas tropicales de Asia. Se cree que su nombre se debe al color de los trajes que utilizaban los mandarines, gobernantes de la antigua China. Se puede afirmar que es una fruta originaria de China e Indochina.
El árbol de la mandarina puede ser mucho menor o igual en tamaño que el de la naranja dulce, dependiendo de la variedad. Con gran edad, algunos pueden alcanzar una altura de 25 pies (7,5 m) con alta difusión de las ramas. El árbol es generalmente espinoso, con ramas delgadas, con las hojas tanto amplias como delgadas, lanceoladas con diminutos dientes redondeados y peciolos con alas estrechas. Las flores nacen simples o en pequeños grupos en las axilas de las hojas. El fruto es achatado, la piel brillante de color naranja o rojo-anaranjado cuando maduran, suelta y que se separa fácilmente de los segmentos. Las semillas son pequeñas, puntiagudas en un extremo, y verdes por dentro.
Sus propiedades son múltiples y sobre todo beneficiosas para la salud por su contenido. En vitaminas y elementos minerales.
Es muy bueno, comer sus membranas ya que, estas contienen pectina, fibra útil que sirve para disminuir el colesterol en la sangre. Este polisacárido presente en las paredes celulares de los vegetales, especialmente en el de las frutas se utiliza como espesante en la industria alimentaria, farmacéutica y cosmética.
Su alto contenido de vitamina C lo hace intervenir en la formación del colágeno, así como de los huesos y dientes. Apoya en la producción de los glóbulos rojos blancos con el apoyo del ácido cítrico favorece la absorción del hierro y brinda resistencia a las infecciones.
En infusión la cascara de la mandarina sirve como adelgazante. y está comprobado que es anti cancerígeno. La pulpa contiene vitamina C, vitamina B, ácido cítrico, azúcar reductora y caroteno.
Contiene potasio, magnesio, calcio y bromo, aunque en menor cantidad. El potasio de la fruta, es un mineral necesario para la transferencia y generación del impulso nervioso, así como para el movimiento muscular normal, interviene en el equilibrio del agua de la célula tanto interna como externamente.
Contiene provitamina A o beta caroteno, que se transforma en vitamina A, en el organismo, a la vez esta vitamina es primordial para la visión, la conservación de la piel, el cabello, las mucosas, el sistema óseo y sobre todo para el sistema inmunológico. Es un gran broncodilatador y antiinflamatorio. Coadyuva en el tratamiento de úlceras, apoya al intestino y la digestión.
Tiene un gran poder anti infeccioso y desinfectante. Previene el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y cáncer. Posee un gran efecto diurético, elimina los cálculos del riñón. Es beneficiosa en caso de gota.
Son principalmente consumidas directamente, o las secciones se utilizan en ensaladas de frutas, gelatinas, budines, o en pasteles. Los tipos muy pequeños se enlatan en sirope. El aceite esencial de la cáscara exprimida se emplea comercialmente para saborizar caramelos, gelatinas, helados, goma de mascar y productos de panadería. El aceite esencial de mandarina es una pasta estándar para dar gusto a las bebidas carbonatadas. El aceite esencial se utiliza en los licores. (Con información de Ecured y Vida y Salud)







lunes, 26 de marzo de 2018

Baches en la vía láctea

Por: Raúl San Miguel
Ilustración: Francisco Blanco Hernández
No ha sido culpa del cambio climático, el “deshiele” en Coppelia, la otrora Catedral del helado que obtuvo tal seudónimo acreditativo de la preferencia popular, por el éxito sostenido desde su creación –como centro recreativo para el pueblo- a iniciativa del Comandante en Jefe, Fidel, quien se apoyó en la Heroína Celia Sánchez Manduley para el cumplimiento de sus orientaciones y convertir la zona recreativa en algo más útil: una gran heladería para l 000 usuarios.
Incluso en las redes sociales del ciberespacio, algunos internautas evocan esa época con sentida nostalgia, mientras otros exponen criterios en los cuales prima el cierre definitivo de este espacio que fuera referencia casi obligada entre generaciones de habaneros y un poco más allá de los límites de la provincia o de la Isla. Esto último sería como “tirar el sofá”, teniendo en cuenta los continuos esfuerzos y la voluntad de las autoridades habaneras para revertir tal situación.
Fundamentan que, a pesar de los cambios de administraciones, estas son inmunes a las decenas de críticas publicadas en diferentes espacios informativos. Incluso la cuestionada diversidad de sabores y calidad de ese producto forman parte de la polémica, además de la ineficiencia en el servicio. Las recientes inversiones para sostener el servicio no han podido detener el “derretimiento” definitivo de este iceberg de la Gastronomía habanera, aseguran los internautas.

Crucigramas en la avenida

Por: Raúl San Miguel
Ilustración: Francisco Blanco Hernandez

Resulta un reto para los conductores de vehículos evadir los baches en la vía, uno de los problemas condicionantes de los accidentes,  por lo cual advertir las reparaciones de las calles hace respirar con tranquilidad, mientras se despejan estos obstáculos del camino, sin el obligado zig zag.

Sin embargo, la cuestión se torna en acertijo cuando nos preguntamos: ¿Por qué este hoyo fue erradicado, mientras otros —apenas a unos metros de distancia— permanecen al acecho del conductor que no logre advertirlos?¿Quién y cómo se decide cuál tapar, en una misma avenida, como sucede en prácticamente toda la calle Zanja o Ayestarán, por ejemplo?

Es un verdadero reto circular por sendas donde se pueden encontrar baches “prefabricados” por el desnivel del pavimento con respecto a las tapas de registros de conductoras de gas, agua, teléfono o electricidad (podemos citar la avenida Salvador Allende, Reina, Belascoaín, Monte, Egido…, hasta una cifra “intransitable”).

Cada vez más el tránsito aumenta en las arterias de la ciudad, ofreciendo ese nivel cosmopolita de las grandes urbes, con sus embotellamientos matutinos y vespertinos. La presencia de visitantes nacionales y extranjeros demuestra la aceptación de una ciudad que resulta atractiva al escuchar su nombre. Evitemos ese “acné asfáltico” capaz de provocar tensiones tan solo de imaginarlosligeramente encubiertos por una fina capa negra sin la suficiente dureza para soportar la lluvia, el calor y los neumáticos.


Isabel Allende en la mirada de nuestro booktuber Víctor RM



Disfruten de nuestro booktuber, habanero además, muy refrescante y también educativo. En esta ocasión nos habla de Isabel Allende, una grande de la literatura latinoamericana. Síganlo se los recomendamos: https://www.youtube.com/watch?v=g8dYenJN4pg&feature=youtu.be

El mamoncillo, una fruta preferida por muchos y siempre presente en las playas


Es un árbol frutal de la familia de las sapindáceas, natural de las regiones tropicales de América. Se lo aprecia por sus frutos comestibles.
La mayoría de los latinos especialmente aquellos que habitan las zonas tropicales conocen de este fruto desde que estaban pequeños, bien sea por las múltiples advertencias recibidas sobre los peligros de tragarse “accidentalmente” la semilla o por lo económico y accesible que resulta esta fruta; sea cual sea el motivo quienes la prueban no se dejan amilanar por el riesgo y sólo se dedican a ingerirla con precaución.
El árbol de mamoncillo, también conoció como mamón, huaya, guayum, maco, quenepa, limoncillo, quenepa, guaya, o papamundo es un árbol propio de la zona intertropical de América, el cual produce unos frutos drupáceos bastante apetecibles, de color verdoso y con pulpa color salmón.
Tiene múltiples propiedades:  Fortalece el sistema de defensas del cuerpo, evitando gripes, resfriados y tos. Combate y previene el cáncer, ya que contienen nutrientes que no dejan que se propague las células cancerígenas. Reduce la migraña. Depura el organismo y tiene propiedades diuréticas. Mejora la circulación de la sangre. Disminuye la viscosidad de la sangre. Mejora el movimiento intestinal. Calma el apetito y mejora la digestión. Estimula el sistema nervioso central. Mejora la memoria. Tiene propiedades antiparasitarias. Reduce la fiebre. Mejora la ansiedad. Cura la diarrea. Mejora el colon irritable. Tiene un gran contenido de vitamina A, buena para mejorar la visión. Desinflama y evita las obstrucciones de la vejiga.
Fortalece los tejidos. Contiene vitamina C que ayuda a activar el sistema inmunológico, evitando la proliferación de bacterias y virus en el organismo. Contiene una gran cantidad de vitaminas B1, B3, B6, B12 y minerales como el calcio, fósforo, hierro, caroteno, ácidos grasos insaturados (oleico y linoleico). Sus hojas son utilizadas para calmar el nerviosismo.
Equilibra las funciones de los riñones. Reduce el colesterol.
Una manera sencilla y tradicional de obtener la pulpa para dulces o jugos:
Ingredientes:  40 o 50 mamoncillos sin la cáscara, un recipiente con 2 o 3 cucharadas de azúcar prieta, un tenedor. Procedimiento: - Mezclar los mamoncillos con el azúcar, batir fuertemente con el tenedor por un rato, retirar las semillas peladas del mamoncillo después que se desprenda la masa, depositar en un colador fino la masa azucarada del mamoncillo y ponerla debajo del chorro del agua de la llave para enjuagar y eliminar el azúcar y sus calorías, utilizar la masa de mamoncillo retenida en el colador para confeccionar el plato que se desee.







Barrio Jesús María en La Habana Vieja. Su historia


Sus límites son de Egido (acera de los números pares), Monte, Matadero, Cristina, Arroyo, Línea del Ferrocarril y Avenida de la Pesquera hasta Egido. Tiene una extensión de 1,0 Km2.
Agrupa a más de 28 000 habitantes. El lugar comenzó a poblarse por los llamados naturales del país o criollos, hacia la segunda década del siglo XVIII con la construcción de los astilleros y el barrio y lo llamaban San José del Astillero. En 1753 se levantó en la calle Revillagigedo una ermita a Jesús María y José, lo que dio nuevo nombre a la barriada.
Antes de tener su nombre actual al barrio de Jesús María se le denominó de tres formas diferentes, Demajagual, El Manglar, San José del Real Astillero y por último Jesús María y José.
Algunos años después de la fundación de la villa de San Cristóbal de La Habana, cuando el área correspondiente al barrio aún estaba cubierta por una frondosa vegetación le decían Demajagual, al parecer por la gran cantidad de majagua existente en el lugar, árbol este de la familia de las malváceas, de madera fuerte muy preciada.
Así pues, Demajagual era el actual barrio de Jesús María. Cayaguayo correspondía, según documentos antiguos, al área donde hoy se encuentra el Castillo de Atarés y sus alrededores. El Padre Cura era el Vicario de la Villa Don Francisco Ledesma. En 1559 se le denominaba Padre cura, a la parte sur del litoral de la bahía de La Habana donde estuvo más tarde El Arsenal, hoy Estación Central de Ferrocarriles.
Casi siglo y medio después aparece el nombre de El Manglar debido al asentamiento de los famosos negros curros a principios del siglo XVIII. Era un humilde caserío de casas de guano, yaguas y pisos de tierra que se encontraba al Oeste de La Habana, en la zona comprendida entre las actuales calles de Alambique, Vives, Cristina y Arroyo. Era un terreno cenagoso y cubierto de mangle, de ahí su nombre “Manglar”.
El nombre que se escogió para la nueva institución fue el de “Jesús María y José” en honor a la Sagrada Familia, que, según la Biblia, estaba compuesta por Jesús, es decir, Jesucristo, María, por la madre de Jesucristo y José por el esposo de María. Este nombre, con gran celeridad, lo adoptó la población hasta que final y oficialmente llegó a llamarse, como es en la actualidad: “Jesús María y José”. La gente solo dice “Jesús María”.
En 1734, por Real Cédula del Rey de España se autorizó trasladar el Astillero que se encontraba en La bahía de La Habana a la altura de las calles Sol y Santa Clara hacia el área del litoral donde hoy se encuentra la Estación Central de Ferrocarriles.
Unión Fraternal
Con la introducción de este importante centro la población fue creciendo. En vista de que el vecindario carecía de una institución religiosa donde ir a cumplir con los oficios pertinentes el Obispo de La Habana, Pedro Morell de Santa Cruz, ordenó al Padre Don Manuel José del Rincón en 1753 fundar una Ermita, la cual se construyó en la misma área donde hoy se encuentra la Iglesia de Jesús María.
El famoso violinista Claudio José Brindis de Salas nació y vivió en la calle Águila y Apodaca, mientras que en la calle Vives se fundaron la Sonora Matancera y el Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro. También en Figuras, entre Vives y Esperanza, se fundó la orquesta La Ideal, de Joseíto Fernández y en Gloria entre Aponte y Factoría vivió muchos años Barbarito Diez, mientras que en la calle Aponte 125 otra gloria de Cuba, Rafael Cueto, integrante del Trío Matamoros.
Entre las instituciones culturales más importantes de Jesús María se encuentra la Unión Fraternal, en la calle Revillagigedo entre Misión y Gloria, fundada el 25 de abril de 1886 y que contó como presidente de honor con el ilustre cubano Juan Gualberto Gómez.
Los vecinos del barrio de Jesús María fueron y son mayoritariamente religiosos. Católicos, protestantes en sus diferentes denominaciones, babalaos, abakuá o ñáñigos, no religiosos, espiritistas, etc., en fin, una notable membresía de los cultos sincréticos, donde resaltan las asociaciones Abakuá.
(Con información de Ecured) 

Casa de Quintín Bandera, el mambí.

Monumento al  Padre Manuel de Jesús Dobal, párroco de la Iglesia de Jesus, María y José.

Unión Fraternal.


Concierto de Silvio Rodríguez en Jesús María. 




sábado, 24 de marzo de 2018

Curiosidades históricas de La Habana. Hotel Palacio O’Farrill



Situado en las esquinas de las calles Cuba y Chacón, muy cerca de la entrada de la Bahía de La Habana y de la Plaza de la Catedral, en La Habana Vieja, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El nombre de la instalación está inspirado en el apellido O'Farrill, perteneciente a una familia que asumió la construcción de la mansión en La Habana Vieja, allá por los inicios del siglo XIX.
Este palacete de arquitectura neoclásica era la antigua morada de don José Ricardo O'Farrill y O'Daly, rico comerciante del condado de Longford en Irlanda y vinculado al lucrativo negocio del tráfico de esclavos y dueño de ingenios azucareros, quien llegó a La Habana en 1715 y fundó una de las familias más acaudaladas de la nobleza en la época colonial.
Un portón de caoba claveteado en bronce permite el acceso al lugar, donde el característico patio interior lleva a una escalera de mármol que conduce a los pisos superiores, todo ello iluminado por la luz que se filtra a través de una claraboya del techo.
La labor de restauración devolvió a este Palacio sus características originales, incluso aquellas que se agregaron con el transcurso del tiempo y las funciones a las cuales se dedicó.
Cada 17 de marzo se celebra en el Hotel el día de San Patricio, como un moderno homenaje a los descendientes y los amantes del hermoso país de Irlanda. Durante varias décadas, sus descendientes se destacaron por sus aportes en las actividades de la administración pública, economía y cultura, además de los títulos nobiliarios. Fue construido a partir de tres casas compradas por uno de sus descendientes: Rafael O'Farrill, pero no llegó a estar concluido hasta 1832 gracias a José Ricardo O'Farrill y O'Farrill, bisnieto de don Ricardo.
En épocas posteriores acogió a instituciones como el Tribunal Supremo de Cuba.
Restaurada por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y perteneciente a la Compañía Habaguanex S.A., esta edificación, de Grado Patrimonial I, comenzó las operaciones como Hotel el 15 de noviembre de 2002, en vísperas del 483 aniversario de la fundación de la capital cubana.
El Hotel, de categoría cuatro estrellas, dispone de 38 habitaciones (35 del tipo standard y tres juniores suites) y facilidades para el ocio. La combinación de elementos arquitectónicos de los siglos XVIII, XIX y XX en el decorado de cada uno de sus tres niveles es un elemento distintivo de este Hotel. Varios de sus espacios han sido bautizados con apelativos alegóricos al país norteño. Como atractivo singular cuenta con el snack bar Chico O'Farrill, como homenaje a esta figura del jazz.